sábado, 14 de noviembre de 2015

Capítulo 1. Fin.



¿Has sentido el latir de un corazón herido? 
Bastan unas palabras, una mirada fría entretejiéndose con la suya. Ella luchando por esquivar los helados ojos que se posicionan a la altura de su rostro, que la atosigan y le recuerdan en cada parpadeo los errores cometidos. No hace falta abrir la boca para decir algo, pues todo lo dice a gritos esa mirada afilada, que reflejan una mezcla de ira, tristeza, rencor; sin embargo, aún se asoma la ternura, esa que algún día él sintió por ella. 
De pronto lo dice, él se apodera del diálogo y menciona el asunto de la reunión; suelta toda una explosión de palabras hiladas en frases, habla de un final de lo que una vez existió entre ambos. Ella comienza a sentir dentro de su cuerpo un vaivén de emociones que no puede controlar, ni siquiera define exactamente que es lo que siente. Hay una heladez en su cuerpo que ha disipado el rosado de sus mejillas, ahora se ha tornado a pálido. Siente que se le van las fuerzas, que comienza a hundirse en un abismo de donde la entierra cada vez más él con sus palabras, se le viene el mundo encima. Pero ella se siente irreal, cree que es un sueño del que va a despertar en algún momento, comienza a flotar entre palabras y pensamientos, entre imágenes de recuerdos, ¡tantas cosas que podría decir!, pero no puede, sólo se queda callada, cede toda palabra, se siente sumisa.
De pronto suena un claxón, se escuchan voces a lo lejos y Aurora de golpe pone pies en tierra, toma consciencia de lo que está ocurriendo y se da cuenta que no hay sueño absurdo, que no hay más despertar. Se da un golpe contra la realidad, comienza un ¡bum, bum! acelerado contra su pecho, es su corazón latiendo fuertemente, con un ritmo que deja sentir la potencia de la presión que puede ejercer la sangre en las venas.  
Ernesto se marcha dando un beso en su mejilla y un abrazo profundo, quisiera ella que fuera eterno. Una vez que se ha ido, ella camina de regreso a casa, su ritmo cardíaco poco a poco desciende. Se encuentra anonadada, va caminando sin sentir sus pies,  todo el ruido son balbuceos lejanos, va con la mirada perdida. Por fin llega a su casa, se sirve una copa de vino y se sienta en el sofá, sigue sin reaccionar. Parece poseída, ha entrado al limbo, pues no se encuentra tocando la gloria, pero aún no ha descendido por completo a la tierra, está fuera de sí.

Primer día


Pensaba en un espacio para expresarme y me vino a la cabeza la idea de crear un blog. Debo confesar que al principio quise utilizar el nombre de "Calle Melancolía", pero ya existe un blog llamado así, por lo tanto esta fue mi segunda opción. Comenzamos...